Continuando con lo que publiqué en mis post anteriores, esta semana voy a contarles cuáles son, en mi opinión, los cuatro elementos que toda persona debe tomar en cuenta al momento de evaluar una posible inversión. Tradicionalmente, e intuitivamente, pensamos que una inversión es buena y atractiva si promete ser rentable. Es lo primero que pensamos y -lamentablemente-muchas veces es lo único.
En efecto, ¿ qué dirían ustedes de una inversión, como por ejemplo un apartamento que se puede alquilar a un precio atractivo? Seguramente, podrá parecer una inversión rentable. Si nos detenemos en este análisis parcial, probablemente nos embarquemos en esa inversión sin mayores detenimientos.
Sin embargo, no estaríamos tomando en cuenta que podríamos encontrarnos en una situación futura en la que, inesperadamente, podríamos necesitar el dinero que hemos utilizado en esa inversión. Vender el apartamento, en esa coyuntura, podría resultar siendo un problema por lo engorroso de las operaciones inmobiliarias y el tiempo que llevaría encontrar un comprador y que además nos pagara el precio que consideramos justo. Nos enfrentamos a un problema de LIQUIDEZ de la inversión.
La LIQUIDEZ es una característica muy importante de una buena inversión. Es la facilidad con la que podemos deshacernos de la misma (o parte de ella) y recuperar el dinero invertido, sin perder rentabilidad.
En general una inversión inmobiliaria específica, como un apartamento o un local comercial, puede ser muy rentable en el mediano o largo plazo, pero seguramente es poco líquida. Por tanto, comprometer una parte sustancial de los propios ahorros en una inversión de este tipo no suele ser aconsejable.
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